...A mi hija...
Y era la hermosa luz del sol
que desprendían tus ojos
sesgando mis días de sombras
Iluminación y paz inmóvil
cuando fui al cielo
en cada amanecer
deletreando tu nombre
Asistida en tu voz melodiosa
la luna estaba cada vez más cerca
alumbrando las noches
de tu faz en mis ojos
Y eran tus manos pequeño prodigio
como el pincel sin la hoja
pintando el lienzo de nuestras vidas
Milagrosa piedad
decantada en el alba y ocaso
cuando revelaste en el tiempo
que abrazaríamos juntas
nuestras vidas en un mismo camino.
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