…UNA HISTORIA MAL
CONTADA…
(Golpe a la vanidad)
….
Cuerpo de gimnasio de formas
trabajadas sin excesos; de buena estatura, rostro armónico, tonicidad
excelente, ojos grandes, color caramelo. Todo un prospecto.
La diferencia de edad era notoria. Pero
lo que realmente llamaba la atención era como se conducía el. Los que la conocían solían decir que era dueña de una
belleza diabólica, de carácter explosivo y algo de dulce cuando se lo proponía.
Sergio había llegado a la oficina recomendado,
era amigo del hijo del dueño; no tenía más logros que mostrar. Era muy reservado y algo lacónico.
En su primer día de trabajo Lía
llegaba como administradora de la importadora, la habían contratado para
corregir las políticas de la empresa y para hacer una reingeniería total. Aquel
día hacía mucho calor. Lía ingresaba a las oficinas de forma muy particular; vestía
una de falda bastante corta, mostrando sus contorneadas piernas que no dejaban
mucho a la imaginación. Ese era su sello; irreverencia y coquetería total. Mientras avanzaba iba sumando miradas capaces
de atravesar todo. Esos ojos parecían estar pegadas a sus formas; pues la
seguían con cierto sigilo, pero de un escandaloso parpadear. Sergio también la
había seguido con la mirada atenta, salivando mientras ella se conducía. Prendado
había quedado desde que la vio.
Los días que se sucedieron eran iguales. Las miradas se cruzaban sin decir
palabra alguna. No eran necesarias. Pues en cada mirada se desataba el mismo deseo
contenido; en cada parpadear la misma angustia de no poder tocarla. El inventaba
nuevas formas acercarse y de asomar cualquier contacto. Clamaba por solo tocarla.
Un mundo al descubierto en solo una mirada. Con una actitud bastante
complaciente con algo de reserva, dando y entregando lo estrictamente necesario.
Excepto por sus miradas delatoras- con
cada detalle dejaba entrever cuanto la deseaba, cuanto le gustaría beber de sus
labios y como moriría al perderse en sus formas, casi lo llevaba estampado en
la frente cual estigma imborrable.
Ella desdeñaba cada paso que el intentaba dar. Vapuleado
terminaba al más mínimo
acercamiento. Con desdén recibía las atenciones que le prodigaba,
esgrimiendo el mismo discurso: "Los
hombres no solo deben serlo, sino parecerlo también, con sobrada inteligencia y
de gran personalidad" era lo que siempre reiteraba.
Sergio no era despersonalizado, tenía
un carácter bastante agradable, pero el candor e inocencia que destilaba su
mirada era un problema. Arrastraba una mirada de niño. Con vano esfuerzo
intento dejarse barba para aparentar más edad, lo cual no sumaba a su favor; lejos
de aumentarle la edad más lo volvía en una caricatura de sí mismo. Seguía
siendo mucho menor que ella.
Lía derrochaba coquetería; regalaba
su sonrisa sin escatimar, no habían pausas en su día siempre estaba sumando
preferencias y halagos por doquier.
Nunca se supo los móviles de su
actuar, no se pudo desentrañar su interior, si
bien es cierto ella captaba miradas, esclavizaba deseos, se apoderaba de
voluntades. Siempre se le vio como una mujer solitaria, no le conocían novio
alguno o si era casada o algún pretendiente, no se sabía qué que había en su
mundo interior, porque se afanaba en conquistar al sexo opuesto si nunca salía
con ellos.
La fiesta de gala por aniversario de
la empresa estaba próxima a celebrarse y como de costumbre Lía había decidido
no asistir. Ella no contaba que ya se habían asegurado de que su presencia sea
infaltable. Llego el día, ella no tuvo más opción que asistir. Demás está decir
que fue vestida provocativamente. Vestido ceñido, los contornos más que
pronunciados, un andar incitante y cadencioso. Invitando una provocación.
La fiesta había comenzado; los
brindis, los bocaditos, la comida. Todo el ritual se había dado. La constante
de la noche fue Sergio a quien no se le
vio haciendo otra cosa que captar la atención de Lía, hizo de todo
cuanto pudo con vano esfuerzo. Ello no hizo más que desgastarlo.
Aquel día había no daba señales más
que de una noche tranquila y frugal.
Lía jamás habría imaginado lo que
sucedería horas más tarde.
Aquella noche no hubo acercamientos
de ningún tipo, pues ella se encargó de dejar claro que no quería saber nada de
un mocoso impertinente y falto de personalidad que no salía de su mundo lúdico.
Lía se fue despidiendo de todos y
finalmente salió del salón principal.
Camino a la salida sintió que alguien
la seguía, oía pasos detrás de ella. Los pasos cada vez se acercaban más. El
frio la embargaba y congelaba su coqueto andar, fue entonces cuando al voltear
se encuentra con Sergio. Un mohín inusitado en el rostro de Lía había
descubierto que no le agradaba encontrarse con aquel personaje.
_Porque te asombras y miras con
indiferencia a la vez, ¿a quién esperabas? Si
sé que siempre andas sola.
_No, no es asombro. Es solo que no
creí verte por aquí
_Te seguí por que debo llevarte a tu
casa. Ya es tarde y no puedes irte sola, acuérdate que hace poco una mujer fue
asaltada y brutalmente violentada. No quisiera que algo te pase. No me lo
perdonaría.
_Acaso crees que no puedo cuidarme
sola. Yo no necesito que me acompañes, además no quiero que lo hagas, mejor regresa
a la fiesta.
_No te pregunte si querías que te
lleve. Dije que te voy a llevar y así será.
_ ¿Y desde cuando un mocoso atrevido
me dice que debo hacer y cómo debo conducirme?
_Hasta ahora te aguantado todos tus
desplantes; ese tonito despectivo, lacerante y sarcástico con el que me hablas,
tu mirada por encima de los hombros, tu autosuficiencia, tu...
Lía interrumpió intempestivamente
_Un momento no te permito que me
hables así y mucho menos en esos
términos
_Y desde cuando una mujer fría y
malcriada me dice cómo debo tratarla
_ ¿Bueno y a Ti que te pasa? desde
cuando me hablas así. No eres más que un niño queriendo hacer pataleta y no
sabes lo aburridísimo que es soplarse eso. Que insufrible por Dios...
_ Bien, solo dime ¿porque me
desprecias tanto? No lo entiendo; si solo vivo para adularte, te lleno de
halagos, estoy pendiente de Ti. Nunca he invadido tus espacios, siempre te he
respetado, a pesar que tú no lo haces conmigo, ¿porque soy tan poca cosa para
Ti?
Necesito saberlo, siento que soy poco
menos que un mendigo, rogando y suplicando porque mires siquiera. No lo
entiendo, si eres tan linda cuando te lo propones. Puedes hacer que una piedra
hable, eres tan encantadora, bella e inteligente. Todo el mundo te adora, bueno
más hombres que mujeres. Quisiera entender si hasta has dicho que soy guapo. Cualquiera
de tus amigas estaría orgullosa de que las mire siquiera
_ ¿Acaso crees que una cara bonita lo
es todo? ¿Crees que porque te gusto debe
ser suficiente para que me lleves a la cama? ¿Crees acaso que soy mujer de
halagos, que solo eso basta, ah? ¿Lo crees realmente?
Mocoso atrevido e insolente, solo
mírate tan despersonalizado, ¿crees que porque articulas algunas palabras ya
hablas? Ah?...
¿Crees que porque haces cuatro
pasitos de baile eres un conquistador? Ah? ¿Lo crees? ¿Crees que porque repites
los mismos chistes y encima mal contados y solo porque algunas calabazonas se
ríen de ellos, eso te vuelve interesante? ¿Lo crees?.
A ver, dime ¿qué planes tienes?
¿Cuáles son tus metas? ¿Qué ambicionas en la vida? Dime, ¿alguna vez te has
cuestionado? Has pensado en eso siquiera, ¿te has mirado? o es que solo esperas
a que sea viernes para ir con tus amigotes en plan de conquista. O es que tus de
fines de semana se llenan de sabanas ahajadas y húmedas de sudor. Chiquillo sin
piso, se te va la vida y ni siquiera te das cuenta...ni eso...
_ ¿Así? Entonces era eso.
Pues bien…puede ser que mi
personalidad no sea arrolladora como la tuya; que te desvives y mueres por
atraer miradas deslumbrando a cuanta gente conoces. Puede ser.
No sabía que me habías observado
tanto, al punto de saber que solo se 4 pasos de baile, que cuento los mismos
chistes, y menos aun no me imaginaba que solo articulo palabras. Que no
hablo!!!!…
Déjame decirte algo mujer fría,
déspota insoportablemente pagada de tu suerte, poco menos que una mantis
religiosa.
¿Planes? Fíjate que no los hago y
sabes ¿por qué? Tengo que vivir el día a día, uno a la vez pues debo alimentar
cuatro bocas en casa. Mis días lo llenan las tareas escolares, la lista de
compras; que no falte leche para el biberón, útiles, la comida para la semana. Los
pagos de recibos de agua, luz, teléfono y demás servicios que no esperan. Esos
son mis planes…
¿Metas? Pues que esos pequeños a los
cuales debo alimentar, no les falte nada y que puedan vivir una niñez normal. Cosa
que yo no tuve.
¿Ambiciones? Pues mi mayor ambición
es poder ver logrados a estos angelitos por los cuales doy la vida.
Esas cosas tan irrelevantes y tan
intrascendentes llenan mi mundo. Y no, no tengo tiempo para hacerme
cuestionamientos y menos para mirarme.
Y fíjate que no ando esperando el fin
de semana para irme de caza o de conquista porque la única mujer en la cual
tuve la desgracia de poner mis ojos me desprecia por ser un despersonalizado y
mal hablado; que apenas articula algunas palabras, que no se cuestiona ni se
mira, ah.. Y mis fines de semana no se llenan de sabanas ahajadas de sudor sino
de meados de una criatura que todavía no cumple los dos años.
¿Chiquillo? si puede ser. Tengo cara
de un jovencito pero no lo soy; he vivido tanto en tan poco tiempo y con tantas
desgracias juntas.
La vida me pasó por encima de un solo brochazo, obligándome a
madurar como no te lo puedes imaginar. Para alguien de 25 años tener que ser
responsable de todo eso y en muy poco tiempo. Es demasiado.
Entonces no es tan exacta tu
apreciación cuando dices soy inmaduro. Ah…y solo para terminar, el mes que
viene se cumplirá dos años de la muerte de mis padres. Si, la vida me los
arrebato en un accidente de tránsito, ellos murieron y a mí me tocó verlos pues
estaba con ellos en el auto; mi madre murió en mis brazos y yo no pude hacer
nada para impedirlo. ¿Tienes alguna idea lo que es cargar con eso?
¿Qué pasa Lía? De pronto te quedaste
callada, ¿Que paso? ¿Las palabras no te fluyen?... Como dices Tú, ¿porque esa
cara de asombro? Que es lo que no puedes creer; si siempre crees ser dueña de
la verdad absoluta.
Perdóname pero no sabes el placer que
tengo de ver tu rostro desencajado, estas descompuesta y pálida. Es tristemente
conmovedor.
Verte así, demostrando una señal de
humanidad, destilando un poco de debilidad, eres humana al fin. Igual a
todos...
_Nunca creo ser dueña de la verdad y
menos absoluta. Lamento mucho haberte juzgado precipitadamente y haber
adelantado juicios. Lo siento, jamás imagine por todo lo que habías pasado. Discúlpame
si mis palabras han sido ofensivas. Nunca fue mi intención que te sintieras mal.
_No te preocupes. La vida me enseño a
que no todo lo que uno oye es verdad o mentira; tus palabras si bien es cierto
fueron más que ofensivas nunca llegaron a penetrarme, por eso nunca me esforcé
en que supieras la verdad.
Si ahora lo hago es porque realmente
esto que siento me consume y ya no puedo
más… Te Amo, siempre te quise, estoy perdidamente enamorado de Ti.
Dios…. por fin lo fije, no lo puedo
creer…
Te Amo Lía, Te Amo, no me importa
gritarlo y que todo el mundo se entere. Esa es la única verdad, me vuelves
loco, no vivo, no duermo, no como. Apenas si puedo hacer mi trabajo con mediana
eficiencia.
Por favor di algo, no me condenes con
tu silencio.
_No sé, qué quieres que te diga, eso
que acabas de confesar ya lo sabía, es mas todo el mundo lo sabe. Es la
comidilla en la oficina. Obviamente me culpan y dicen que yo te provoque y que
eres mi amante. Escucharlo ahora de ti mismo, me hace pensar.
Sabes de sobra que una relación seria
un suicidio, jamás funcionaria, lo siento pero no puedo corresponder a lo que
sientes. Yo necesito otras cosas, mis intereses son otros, tengo otros
proyectos.
Estoy segura que esto que sientes con
el tiempo se diluirá y encontraras a alguien más que te quiera como te lo
mereces. Busca a una chica de tu edad, convive con gente de de tu entorno. Deja
de perseguirme.
Tú y Yo jamás estaremos juntos. Somos
tan distintos; no funcionaría nunca. No quisiera que salgas lastimado. Eres un
buen chico y mereces lo mejor.
Sergio tenía la mirada perdida. Estaba
ido totalmente; conteniendo lagrimas que pugnaban por salir. Su mundo, su única
esperanza, sus sueños todo lo que le sostenía se venido abajo, sentía morir,
estaba destrozado. Aun así no decía palabra alguna, callado totalmente asentía
a todo lo que Lía decía.
Finalmente decidió decir algo.
_Lía ya es tarde, te llevare a tu
casa y luego iré a la mía. Sube al auto por favor.
Ella no se movía de donde estaba
parada como diciendo no vas insistir, ahí termina todo.
Sergio la miro, con esa mirada que
sin tocar ya te hicieron de todo. Fue muy lentamente hacia ella, se fue
acercando muy despacio y ella increíblemente retrocedía cuando el avanzaba,
hasta llegar apoyarse en el muro. No había más espacio donde pudiera retroceder.
Estaba contra la pared.
Sergio siguió acercándose sin decir
palabra alguna, llegando a estar a casi milímetros de ella; levanto su brazo
derecho y lo apoyo contra la pared, acerco su rostro al de ella y la miro
fijamente sin decir nada absolutamente nada. Solo la miraba con esos ojos que la desvestían con solo parpadear. Increíblemente
Lía estaba temblando.
El fue acercándose más al punto de
estar casi pegado a ella, bajo la cabeza lentamente ella subió los ojos, el se
inclino mas y….Lía cerró los ojos ¡!!! Luego sintió la humedad de sus labios. Si,
él la había besado. No duro mucho, pues se separaron rápidamente.
Lía tenía el rostro descompuesto
estaba fría y no podía creer que Sergio le había dado el primer beso. Si el
primero…pero en la frente.
Sube al auto, dijo, abrió la puerta
Lía subió y él le acomodo la correa del cinturón inclinándose y rosando todo su
cuerpo, pasando a milímetros nuevamente por su rostro. Se podía sentir al calor
de sus cuerpos como fuego que es consumido en un incendio abrazador. Pero era
solo un roce y nada más. Silencio
sepulcral ninguno de los dos decía palabra alguna.
Lía no lo podía creer, le habían un
golpe certero dado donde más le duele… en su ego, en su monstruosa vanidad. No
podía creer que un mocoso, así le decía siempre, le haya dado una lección que
nunca olvidaría.
Finalmente llegaron al departamento
de Lía, subieron al quinto piso y ya en la puerta, ella buscaba la llave. Él no
se movía, estaba parado mirándola.
Encontró la llave y abrió la puerta,
ella entro y él se quedó parado en la puerta. Ella lo miro invitándolo a entrar
sin decírselo, el asintió con la mirada, pero dijo;
_bueno ya es tarde; debes estar
cansada, te dejo. Me voy, nos vemos mañana. Tomo sus manos; les dio un beso a
cada una, dio la vuelta y se fue…
Lía se quedó petrificada viendo cómo
se iba. Cerró la puerta y se quedó mirándola fijamente, como si le hablara. Esperando
que alguien le explique algo, ya no entendía nada.
Tardo varios minutos en recuperarse.
Caminó directo hacia la sala fue a la vinera; se sirvió una generosa cantidad; la
bebió como si fuera agua, casi se atraganta por los sorbos tan grandes. Tomo
varias copas, como si quisiera beber el mal tiempo. Busco su cartera; saco sus
kleenex, cigarros y el encendedor. Se quedo mirando todo lo que había armado,
era el cuadro perfecto. De pronto en la soledad más absoluta, inevitablemente
se quebró en llanto; en un desesperado y angustiante llanto, las lágrimas no
cesaban, salían una detrás de la otra, el desborde era incontenible, lagrimas
gruesas y dolorosas cargadas de desesperación
y de impotencia de búsquedas, que clamaban por respuestas.
Tomo un cojín se lo puso en la cara y
grito y grito. El escenario era espantoso. Con el rostro totalmente perdido por
la impotencia y el lacerante dolor y afrenta vivida no cesaba de llorar…
Interrumpió en el silencio, el timbre.
Si, el timbre a las tres de la mañana!!!!
Se reincorporó como pudo para llegar
a la puerta. Al abrirla vio a lo único que podría calmar tamaño dolor. Era Sergio…
Cuando la vio se acercó hacia ella;
puso sus manos en su cuello acercándola hacia él, la miro, se miraron, ambos cerraron
los ojos. Sus labios entreabiertos se juntaron y se desencadeno toda la pasión
contenida en ambos. Él la abrazaba con todas sus fuerzas ella sentía desmayar,
el beso no terminaba. Lejos de ello parecía que desaparecían en él, la furia
era tal que se podía escuchar el dolor que acompañaba ese beso.
De pronto Lía siente que de un solo
movimiento y violentamente es levantada
en el aire, quedando suspendida a la mitad, teniendo que usar sus piernas para
rodear el cuerpo de él y no caer. Continuaron besándose una y otra vez cada vez
con más desesperación y angustia.
Cuando ya la tenía cargada la llevo
hacia la habitación donde siguíerón besándose. Ya adentro la puso sobre la cama
y con un movimiento medio extraño Lía estaba desnuda. Ella lo miro y no
entendía en qué momento él se había quitado la suya pues podía ver el torso más
apetecible y armonioso que pueda existir, ese cuerpo atlético y de gimnasio de
un metro ochenta y dos estaba desnudo
frente a ella.
Se miraron solo un segundo…no había más tiempo. El
desenfreno y la pasión harían de esa noche la más inolvidable en sus vidas.
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